Todos cometemos errores, y la Palabra de Dios dice que todos hemos pecado. No importa cómo llegaste a tu situación o cuánto tiempo has llevado esa angustiosa carga de culpa, Dios está listo con la solución. Sus brazos están extendidos hacia ti. Mira todo lo que Él hará por ti...
- "Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él" (Juan 3:17). El propósito de Dios no es condenarte; es su deseo quitar tus pecados, guardarte del pecado y salvarte por medio de Jesucristo.
- "Porque al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en él" (2 Corintios 5:21). Jesús no sólo murió por tus pecados, sino que tomó tus pecados sobre sí mismo para poder darte su justicia: su derecho a estar con Dios.
- "En él tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados, según las riquezas de su gracia" (Efesios 1:7). A través de la muerte sacrificial de Cristo, usted recibe el perdón y la salvación como un regalo gratuito.
- "Venid ahora y discutamos juntos", dice el Señor, "aunque vuestros pecados sean como la grana, quedarán blancos como la nieve; aunque sean rojos como el carmesí, quedarán como la lana" (Isaías 1:18). Dios te invita a hablarlo con Él, ¡y te promete un resultado de gran alivio para ti!
- "Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). Todo lo que necesitas hacer es decirle a Dios en qué te equivocaste, que estás arrepentido, y Él se encargará de todo lo demás y lo lavará, transformándote en una nueva criatura.
- "Porque tendré misericordia de sus injusticias, y no me acordaré más de sus pecados y de sus iniquidades" (Hebreos 8:12). En su gran misericordia, ¡Dios borra tu pecado de su memoria!
- "Tan lejos como el oriente está del occidente, así ha alejado de nosotros nuestras transgresiones" (Salmo 103:12). Te da un maravilloso sentimiento de libertad el estar separado de tus pecados y unido a Dios.
- "Ahora, pues, no hay condenación para los que están en Cristo Jesús, que no andan según la carne, sino según el Espíritu" (Romanos 8:1). Si sigues a Jesús y te mantienes fiel a Él, no tienes que preocuparte por el juicio; tu culpa es cosa del pasado.
- "Por lo tanto, si alguien está en Cristo, es una nueva creación; las cosas viejas han pasado; he aquí que todo es nuevo" (2 Corintios 5:17). Además de limpiar todos sus pecados a través de la sangre del Cordero, Dios le da una nueva vida, un nuevo corazón que le ayudará a no volver a pecar.
¿Por qué no ir a Dios ahora mismo y aceptar su maravilloso regalo de perdón a través de Jesucristo? No tienes nada que perder y una eternidad que ganar.